Te veré en la cara oculta de la luna
Allá por 1973, Pink Floyd nos decían eso de I'll see you on the dark side of the moon en su canción Brain Damage. Un disco icónico en la historia de la música. Y es que la luna ha tenido siempre un fuerte influjo en la historia de la humanidad. Nuestro satélite tiene algo que hace que siempre que sea vesible, alcemos la vista al cielo y observemos su presencia. Y mucho más que eso. En el mundo de la fotografía de paisaje es especialmente fuerte su influencia, esté o no en la propia foto. Hay que recordar que, gracias a la luna, tenemos las mareas, algo que siempre tenemos en cuenta cuando llevamos a cabo planificaciones de costa. O si la sesión va a ser nocturna, saber la fase es fundamental por la luz que desprende.
Cuando Pink Floyd estaba en los estudios Abbey Road de Londres grabando su disco The Dark Side of the Moon, decidieron incluir frases a lo largo del disco. Frases que grabaron a gente que había por los estudios. Paul McCarney y su esposa Linda, fueron algunos de los que grabaron para los Floyd. Sin embargo, la frase más famosa del disco (que aparece al finalizar la canción Eclipse) la dijo el conserje de los estudios, Gerry O'Driscoll, "There is no Dark Side of the Moon really, in fact, it’s all dark" (no existe una cara oscura de la luna. De hecho, es totalmente oscura).
No sé si existe o no una parte oscura o si en realidad es toda oscura como decía Gerry. El caso es que a mí, con su luz o su oscuridad, me ha atraído siempre su presencia y me ha ayudado mucho en ciertas composiciones. De hecho, a través de gente que conocí por Instagram, llegamos a formar un grupo que quedábamos todos los meses los días de luna llena a realiar nuestra sesión fotográfica de la luna con las Torres de Madrid, que tanto estaban empezando a poner de moda Juan Carlos Cortina o José Ángel Izquierdo. Ahí conocí a Andrés Delagado (expressionpicture en Instagram), a Manuel Lobo, a Antonio Blanca y su mujer Anabel, a Enrique Fabra o a Alex Bravo. Fueron muchos los meses que, durante varios años, quedábamos. Siempre venía algún amigo de alguno de nosotros que sentía curiosidad también. Mis compañeros de viajes y salidas fotográficas Unai G. Atienza y Fernando Molina han venido innumerables veces a retratar a Selene. Y fueron, y son muchos los que desde entonces nos han acompañado. Ahora, desde hace un tiempo solo quedamos de manera esporádica. De hecho, justo hace ahora un año de nuestra última quedada. Fue desde Torrelodones y pillamos una gran luna roja justo detrás de las torres. En esta ocasión nos acompñó mi amigo el gran Ignacio Médem.
Esto me hace pensar que ya va siendo hora de volver a retomar, aunque sea de cuando en cuando, la maravillosa afición de salir a retratar la luna. O simplemente a charlar y planificar la siguiente salida. El caso es tener una excusa para pasar un buen rato con buena gente. Quien sabe, el tema de conversación podría ser decidir si en realidad existe o no un lado oscuro de la luna.
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